CONFERENCIA YALTA
En la Conferencia de Yalta, celebrada del 4 al 11 de febrero de 1945, los "Tres Grandes" (el dirigente británico Churchill, el presidente americano Franklin D. Roosevelt y el líder soviético Stalin) decidieron el reparto del territorio europeo al final de la Segunda Guerra Mundial. Entre otras cosas, se acordó la división de Alemania en cuatro zonas que quedarían bajo el dominio de los países aliados, Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia y URSS. Posteriormente, la división daría lugar a las dos Alemanias: una soviética y el otro producto de la unión de los otros tres territorios. Así, la parte oriental de Alemania, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Yugoslavia, Albania, Rumania y Bulgaria se convertían en regímenes de democracia popular. En ese amplio ámbito físico, solamente una Grecia sumida en una cruenta guerra civil seguía integrada en el que comenzaba a denominarse Mundo Libre. Comenzaba la Guerra Fría. Mientras, los días 13 y 14 de febrero los británicos lanzaban los devastadores bombardeos de la ciudad de Dresde, como simbólica represalia por las bajas sufridas a lo largo de la Batalla de Inglaterra.


CONFERENCIA DE POTSDAM
Los "Tres Grandes" tras culminar la derrota de la Alemania nazi se reunieron en Potsdam, en las afueras de Berlín, del 17 de julio al 2 de agosto de 1945 para concretar la suerte del vencido. Los dirigentes de la Gran Alianza acordaron establecer una autoridad suprema interaliada en Alemania en la que el poder real residiría en un Consejo Supremo de Control formado por los comandantes militares de las cuatro zonas de ocupación: americana en el sudoeste, británica al noroeste, francesa en el oeste y soviética al este. Era una mera división administrativa de Alemania y, en aquel momento, ninguno de los líderes reunidos pensó en una división política de la potencia derrotada. Austria también fue dividida en cuatro zonas, así como Berlín y Viena. Se definió el denominado plan de las cuatro "D": desnazificación, desmilitarización, descartelización (abolición de los grandes "carteles" económicos germanos) y democratización. Este plan debía ser la base de la reconstrucción de Alemania. Todas las organizaciones nacional-socialistas debían ser disueltas, la administración depurada y los criminales de guerra castigados en un Tribunal que tendrían como sede Nüremberg, la capital de los grandes congresos nazis. Todas las organizaciones militares y paramilitares debían ser disueltas y desarticulada la industria armamentística, así como los grandes conglomerados industriales

